sábado, 4 de diciembre de 2010

Vereda seis












Ni en el medio lo prohibido.
Una vereda es una parcela de los pies.
Ni cadenas.
Quiero soplar el metal del campo,
rescindir ya de una vez su contrato
con lo prohibido como sustancia paralizante.
Mi andar sin tropiezos, con la fuente
de hierba como bebida, con el tiempo
manso como deseo. Andar, volver,
sustento propio para lo que luego cedo.

1 comentario:

  1. Es la primera vez que entro en tu blog.
    Dices: una simple vereda es un alud de sensaciones, yo digo: una simple vereda es, además, un alud de espectativas.
    He leído seis preciosos poemas pegados siempre a la tierra. Damián Páramo Esribano, me alegro de conocerte.
    Besos de colores tintados de invierno.

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